El ascensor, como medio de transporte en sí, es una herramienta diseñada para hacer nuestra vida más fácil y, más concretamente, para hacer del mundo en que vivimos un lugar más accesible. En efecto, su razón de ser es la accesibilidad. Porque no todas las personas lo utilizan por comodidad o para evitar que las escaleras les recuerden que están en baja forma. Existe un enorme porcentaje de la población que depende de ellos simplemente para poder desplazarse por la ciudad, acceder a un edificio público o incluso subir a casa dentro de su comunidad de vecinos.

Pero, ¿qué pasa si este recurso para la accesibilidad no es lo suficientemente accesible por sí mismo? No te estamos proponiendo un acertijo. Tampoco retándote a recitar un trabalenguas. Si reflexionas durante unos segundos sabrás a que nos referimos.

Los ascensores llevan conviviendo con nosotros desde que en 1853 fueron inventados, aunque en España tuvimos que esperar un poco para conocer el primero, que llegaría en 1877. Desde entonces, la tecnología les ha permitido evolucionar y modernizarse para ofrecernos cada vez mejor servicio. No obstante, y precisamente porque ya han transcurrido muchas décadas desde que su uso se popularizó, existen muchos ascensores por todo nuestro país que no solo necesitan una reforma, sino que también carecen de las medidas actuales suficientes para ser accesibles a cualquier persona con necesidades especiales.

Una vez definido nuestro planteamiento, entremos a analizar lo que hace que un ascensor sea completamente accesible.

¿Qué se necesita?

Un ascensor es accesible cuando su diseño, fabricación e instalación se han llevado a cabo para que todas las personas puedan utilizarlo, tengan o no discapacidad de algún tipo.

El tamaño de la cabina y el acceso a su interior, las señalizaciones visuales y sonoras, y los paneles de control son algunas de las consideraciones estrechamente relacionadas con la accesibilidad en un ascensor. Los requerimientos legales para la construcción e instalación de un ascensor pueden ser encontrados en la normativa UNE EN 81-70:2004. Este apartado en cuestión de la normativa está dedicado a la accesibilidad de los ascensores para las personas, incluidas las personas con discapacidad.

De acuerdo con el Real Decreto Legislativo 1/2013 sobre la accesibilidad, todos los edificios públicos y residenciales deben disponer de un acceso adaptado para personas con discapacidad. Esto atañe también a los ascensores, porque si el edificio está adaptado para que en él vivan o trabajen personas con movilidad reducida, los ascensores también deberán ser adaptados obligatoriamente. Y para cumplir con todo lo necesario tendremos que prestar atención a los siguientes elementos:

  • Delante de la puerta de acceso a la cabina debe haber un espacio libre de obstáculos, sin inclinación y lo suficientemente grande como para que una persona en silla de ruedas pueda dar una vuelta sobre sí misma sin dificultad. También será muy importante que la cabina esté correctamente nivelada con la planta. Horizontalmente, el espacio entre la cabina y el suelo no podrá superar los 2 centímetros. Verticalmente, no más de 1.
  • Para garantizar que puedan viajar tanto una persona en silla de ruedas como su acompañante, la cabina ha de tener, como mínimo, 1 metro de ancho por 1,25 metros de fondo. La cabina deberá disponer, además, de un pasamanos lateral, que estará colocado a una altura de 90 centímetros, con los extremos doblados hacia la pared y con una separación de 35 mm del paramento.
  • Un ascensor accesible tendrá siempre puertas automáticas y correderas, su anchura será de al menos 80 u 85 centímetros y deberán permanecer abiertas durante 20 segundos.
  • El panel de control del ascensor deberá estar colocado a una altura de entre 90 o 110 centímetros del suelo. Así se garantiza que esté al alcance de una persona en silla de ruedas. Además, los botones estarán adaptados con caracteres en Braille y colores vistosos para aquellas personas con discapacidades visuales o auditivas.
  • Deben estar provistos de sistemas de señalización visual y sonora, que indiquen al usuario en qué planta se encuentra, en qué dirección viaja, la planta de destino y la apertura y cierre de puertas.

 

Desde Inapelsa continuamos esforzándonos y manteniéndonos fieles a nuestro compromiso con la accesibilidad para que todos los miembros de nuestra sociedad puedan disfrutar de los mismos derechos y facilidades. Puedes ponerte en contacto con nosotros en cualquier momento aquí.

¿Has oído hablar de los ascensores unifamiliares? Si esta entrada de nuestro blog te ha resultado interesante, ¡pásate por esta otra!

 

Tener un ascensor particular no es ninguna extravagancia. Vamos a explicarte por qué:

No hace falta decir que nuestra movilidad y capacidades físicas van menguando conforme nos vamos haciendo mayores. Pero si tenemos en cuenta, además, que existen millones de personas con movilidad reducida y de todas las edades que encuentran barreras arquitectónicas en su propia casa, ya empezamos a encontrarle sentido a que cada vez haya más familias que opten por instalar un ascensor dentro de sus viviendas.

Aunque es lógico que pienses que se trata de una alternativa muy costosa tanto a nivel económico como de instalación, estamos aquí para demostrarte lo contrario. Los ascensores unifamiliares se han convertido en una solución muy práctica para mejorar la accesibilidad de los hogares y, lo que es más importante, la calidad de vida de las personas que los habitan. Su coste puede estar al alcance de todo tipo de bolsillos y su instalación es más sencilla de lo que se pudiera pensar. La clave estará en escoger un modelo de ascensor que cubra las necesidades de tu familia y se ajuste a las características de tu vivienda.

Así son los ascensores unifamiliares

Una de las principales ventajas de los ascensores unifamiliares es su gran versatilidad, ya que son capaces de adaptarse prácticamente a todo tipo de construcciones. Además, la instalación de este tipo de ascensores está sujeta a muchos menos requisitos de obra civil que la de los convencionales.

  • En función de lo que necesitemos y de lo que vayamos buscando, nuestro ascensor unifamiliar podrá ser hidráulico, electromecánico o neumático.
  • Los ascensores convencionales necesitan un foso de al menos 1,2 m. Los de los unifamiliares suelen tener dimensiones mucho más reducidas y, en muchos casos, son sustituidos por una rampa de chapa.
  • La última planta que alcanza un ascensor tradicional debe tener por norma unos 3,5 m de altura aproximadamente. En el caso de los unifamiliares, la altura de este último piso puede oscilar entre los 2,3 y 2,5 m, dependiendo de si la cabina está equipada o no con puertas automáticas.
  • Las dimensiones de la cabina generalmente se deciden teniendo en cuenta el espacio disponible y las preferencias del cliente, así como sus necesidades y las de sus convivientes. Con una carga máxima de unos 300 kg generalmente, estos ascensores pueden diseñarse con el tamaño y la fuerza suficientes para transportar a una o varias personas, de pie o en silla de ruedas.
  • Pueden estar equipados con un sistema de puertas automáticas o, en su lugar, con una barrera foto-eléctrica de seguridad.
  • Tienen un consumo energético muy bajo y sus controles de mantenimiento no han de ser tan frecuentes como los de otro tipo de ascensores. Esto resulta muy positivo porque no será necesario contratar mayor potencia eléctrica ni asumir costes muy elevados en sus revisiones técnicas.
  • Ofrecen la posibilidad de escoger entre una gran variedad de diseños, materiales y acabados.

 

Así que, tanto si es para hacerle la vida más fácil a un familiar que tiene problemas de movilidad, o simplemente para ganar en confort y seguridad ahora y en el futuro, la instalación de un ascensor unifamiliar nos traerá incontables beneficios en el día a día.

Si crees que ha llegado el momento de instalar uno y necesitas que nuestros profesionales te ayuden a valorar las mejores opciones y a tomar una decisión, nos encantará atenderte aquí.

¿Te gustaría seguir leyendo sobre ascensores? Pásate por esta entrada de nuestro blog y descubre cómo serán los próximos ascensores inteligentes.

Aún seguimos luchando para hacer frente a la COVID-19 y, con enorme agradecimiento, no dejamos de reconocer el gran esfuerzo que el personal sanitario realiza día y noche desde todo tipo de hospitales, centros de salud, clínicas o residencias.

En esta entrada de nuestro blog vamos a reflexionar sobre la utilidad y el excelente servicio que ofrecen los ascensores a los sanitarios dentro de sus respectivos centros de trabajo. Un servicio del que también nos beneficiamos como usuarios y, en definitiva, como sociedad. Porque no solo podemos enorgullecernos del talento y la calidad humana de nuestros profesionales, también de que el nuestro sea un sistema de salud con grandes recursos e infraestructuras.

Con el paso del tiempo y a medida que la población ha seguido creciendo, hemos sido testigos de cómo los hospitales y centros médicos se han redimensionado, convirtiéndose en gigantes construcciones de numerosas plantas, por lo que no es de extrañar que los ascensores sean ya una parte indispensable de su equipamiento. Y es que no se trata de una mera cuestión de accesibilidad, sino de ofrecer seguridad y confort a los pacientes y de agilizar al máximo sus desplazamientos en situaciones de emergencia.

Mirémoslo de esta manera: el traslado a tiempo en ascensor de un paciente que necesita atención inmediata puede ser decisivo. Por eso, si se trata de salvarle la vida a una persona, entendemos que cada segundo cuenta, ¿verdad?

Así son los ascensores de hospital

Los ascensores de los hospitales o montacamillas, para hablar con propiedad, tienen a priori el mismo funcionamiento y cuentan con las mismas medidas de seguridad que cualquier ascensor convencional, pero su diseño y fabricación se llevan a cabo teniendo en cuenta una serie de particularidades y especificaciones técnicas, acordes con la normativa en vigor. Vamos a analizarlas:

  • Deben ser capaces de transportar una carga mínima de al menos 1.000 kg aproximadamente. En general, el peso oscila entre los 1.000 y los 2.500 kg.
  • La duración del trayecto no debería superar los 60 segundos y la velocidad que alcanzan suele ser de 1,6 metros por segundo.
  • En ellos pueden viajar desde 8 hasta 13 personas.
  • Son diseñados para que puedan recorrer una distancia máxima de hasta 45 metros (unas 16 plantas).
  • Las dimensiones de la cabina nunca serán inferiores a 1,20 metros de ancho por 2,10 de largo.
  • Ante cualquier interrupción en la corriente eléctrica, tendrán autonomía para continuar funcionando durante al menos una hora, por lo que deben estar equipados con una batería de emergencia.
  • Las características del edificio y el número de personas que transiten por él a diario determinarán el número de ascensores que debe instalarse en cada hospital. Si hablamos de ascensores de emergencia, deberá haber uno al menos por cada mil personas.

¿Qué más hay que saber?

Ahora que hemos analizado los requisitos reglamentarios que debe cumplir cualquier montacamilla, podemos hablar de otros aspectos que también merecen ser tenidos en cuenta.

Se debe garantizar que los ascensores sean accesibles para todos los usuarios, trabajadores y visitantes del hospital.

En este sentido, las puertas deben estar despejadas en todo momento y permitir que las camillas entren y salgan de la cabina fácilmente. Las puertas deberán tener, además, un sistema de detección de obstáculos y personas. Por último, la cabina estará perfectamente nivelada con la planta para que cualquier persona con movilidad reducida pueda acceder a su interior sin ninguna dificultad.

La gran afluencia de personas en los hospitales hace que los ascensores estén en constante funcionamiento. Por esta razón, es importante que tengan integrado un sistema que permita a los trabajadores realizar trayectos sin paradas intermedias, para cuando los pacientes necesiten ser trasladados con urgencia.

Como siempre, no debemos olvidar la importancia de realizar un mantenimiento apropiado de la instalación. Y ahora más que nunca, extremar las medidas de higiene y desinfección de la cabina para evitar la propagación del COVID y otros virus.

Recuerda utilizar siempre responsablemente el ascensor si vas al hospital a visitar a algún familiar o amigo, ¡de esta forma contribuyes a que sigan salvando muchas vidas!

¿Te gustaría saber cuál es la vida útil de un ascensor? Descúbrelo en esta entrada de nuestro blog. Y si tienes cualquier consulta o necesitas asesoramiento, no dudes en contactarnos aquí.

Sabemos que una persona vive de media unos 70 años y que los perros o los gatos pueden darnos cariño y compañía alrededor de unos 15. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuál es la esperanza de vida de un ascensor? Puede que ahora mismo pienses que no es importante. Y también puede que hayas cambiado de opinión al terminar de leer esta entrada.

Que nuestro ascensor siga prestándonos servicio durante más o menos años dependerá directamente de la frecuencia de uso y de lo bien o no tan bien que lo tratemos. Y aunque te parezca una locura, hay mucho que hombres y máquinas tienen en común. Porque un ascensor, como nuestro cuerpo, puede llevarnos muy lejos y llegar a ser una herramienta longeva si revisamos periódicamente su salud y la usamos con cabeza.

No todos los ascensores están en igualdad de condiciones

Con esto en mente, se estima que la vida útil de un ascensor puede extenderse hasta los 25 o 30 años. Pero su buena conservación y mantenimiento desempeñarán un papel muy importante dentro de ese pronóstico. De igual modo, debe prestarse atención a una serie de factores condicionantes para calcular el tiempo que un ascensor será operativo y funcional:

  • Un ascensor instalado en exteriores, al contrario que uno interior, estará expuesto directamente a distintas condiciones meteorológicas, no siempre favorables. La humedad, el frío o el calor extremos pueden hacer que sus materiales se deterioren a mayor velocidad.
  • Un ascensor destinado a uso público funcionará con mucha más regularidad que uno al que se le dé un uso puntual o menos frecuente. Por ejemplo, al ascensor de un centro comercial habrá que hacerle revisiones con mayor periodicidad que a uno instalado en una comunidad de vecinos porque, como es lógico, a mayor uso, mayor desgaste de sus componentes.
  • Tampoco dará igual si el ascensor ha sido diseñado para transportar personas únicamente o grandes cargas, como mercancías voluminosas y muy pesadas.
  • Como adelantábamos al principio del blog, para que nuestro ascensor no nos abandone de forma prematura, también será necesario que lo cuidemos bien, que sigamos las indicaciones de uso y que cumplamos rigurosamente con los controles de calidad y las revisiones que el fabricante nos aconseja hacer.

¿Sustitución o reforma?

Pero aunque durante esos 25 o 30 años nuestro comportamiento sea ejemplar y lo cuidemos de manera admirable, sería poco realista pretender que siguiera funcionando como el primer día durante mucho más tiempo.

Aquí es donde debe analizarse con detenimiento si conviene sustituir por completo nuestro equipo por uno nuevo o llevar a cabo una modernización del mismo, reemplazando herramientas, piezas y componentes por otros nuevos de última generación. Esta última opción, en aquellos ascensores que han llegado al final de sus vidas bien conservados y sin mayores perjuicios, suele ser más rápida, mucho más económica y mucho más sostenible.

Si te interesa la sostenibilidad y quieres saber cómo podemos contribuir al ahorro de energía a través de los ascensores, pásate por esta entrada de nuestro blog.

¡Y recuerda que en Inapelsa estamos siempre dispuestos a atender cualquiera de tus consultas!

Tal vez te sorprenda descubrir que España es el país que más ascensores tiene por número de habitantes del mundo.

Sí, has leído bien. De hecho, si hiciéramos un tour por todas las viviendas y edificios del territorio español, podríamos llegar a contar más de un millón de ascensores. Lo que significa, rizando aun más el rizo, que disponemos aproximadamente de unos veinte ascensores por cada mil ciudadanos. El pódium lo comparten con nosotros Italia y Francia, en segunda y tercera posición, respectivamente.

Pero no es que seamos unos derrochadores, ni que defendamos el sedentarismo como estilo de vida. Existe una explicación que lo justifica y que te dejará más que satisfecho.

La historia y la cultura tuvieron mucho que ver

Durante la primera mitad del siglo XX, y tras los estragos que había ocasionado la Guerra Civil Española por toda nuestra geografía, la actividad agrícola había dejado de proporcionar el sustento suficiente a las familias que vivían en entornos rurales. De tal forma que muchas personas se vieron obligadas a emigrar a las grandes ciudades con la esperanza de encontrar en ellas un trabajo y, en definitiva, una vida más próspera.

Ante este desplazamiento masivo surgió la necesidad de reconstruir y ampliar las urbes, y para ello se levantaron edificios de viviendas más altos y más grandes. Y aquí es donde años más tarde entrarían en juego los ascensores. Por su parte, el segundo gran boom de la construcción, que tuvo lugar a finales de los años 90 y principios de los 2000, también desempeñó un papel importante en la gran expansión de este artilugio.

Pero hay más. En España, la preferencia más extendida es la de tener una vivienda en posesión, en vez de en alquiler, siendo esta otra razón de peso para entender por qué las ciudades de nuestro país están tan urbanizadas y vemos ascensores prácticamente dondequiera que vamos.

Lo cierto es que, sean cuales sean las razones y las necesidades, la edificación en España acostumbra a ser hacia arriba, y esto convierte a los ascensores en un elemento casi imprescindible para la accesibilidad de las viviendas y la comodidad de sus inquilinos. En esta línea, resulta interesante señalar que desde 2017, existe en nuestro país la obligación de instalar un ascensor en aquellos edificios en los que residan personas mayores de 70 años que así lo soliciten.

España tiene un alto índice de envejecimiento y cada vez son más las personas mayores que encuentran dificultades para entrar y salir de su casa. Esto nos conduce al deber de continuar instalando ascensores en todos esos edificios que se construyeron como resultado de aquella emigración, ahora obsoletos.

Así que, si aún había alguna duda sobre lo útiles y necesarios que son los ascensores para la vida moderna, ahora ya han quedado todas despejadas. Porque además, España, por su cultura y su estructura urbanística, no podría prescindir de ellos.

Si te sigue picando la curiosidad y quieres saber más sobre el mundo de los ascensores, te animamos a que eches un vistazo a esta entrada de nuestro blog sobre el primer ascensor de la historia.

Y recuerda que puedes ponerte en contacto con nosotros para realizar cualquier consulta aquí.

Es bien sabido que las luces LED son un fantástico ejemplo de iluminación de bajo consumo y, por tanto, unas magníficas aliadas en materia de sostenibilidad.

Así que, partiendo de esta premisa y pensando en cómo podría un ascensor solidarizarse con el medioambiente, hemos decidido dedicar esta entrada de nuestro blog a analizar cuáles son las alternativas más eficientes y sostenibles para prolongar la vida útil de los ascensores y contribuir así al ahorro energético.

En la actualidad, existen opciones que, aun resultando un poco más costosas que las convencionales en el momento de la instalación, garantizan un mejor rendimiento a largo plazo y reducen de manera considerable los costes relacionados con el consumo eléctrico y el mantenimiento.

Las luces LED y los sensores de movimiento son dos de las soluciones más útiles y extendidas. Las vemos a continuación.

Luces LED

Las luces LED («diodo emisor de luz» en español) son luces especialmente diseñadas para el ahorro de energía. Frente a las luces incandescentes tradicionales, las LED tienen un consumo muy bajo, se componen de materiales muy resistentes y su vida útil es mucho mayor. Es posible fabricarlas para que emitan luz con diferentes tonalidades e intensidades, y prácticamente no desprenden calor alguno.

Pero lo más importante de todo es que un ascensor equipado con luces LED puede llegar a reducir su consumo eléctrico hasta en un 45%. Imaginemos la cantidad de energía que estaríamos ahorrando si sustituyéramos luces convencionales por luces LED en todos los ascensores del mundo.

Por lo general, este tipo de bombillas emite una luz cálida y es muy versátil, lo que permite que pueda adaptarse fácilmente al estilo y las necesidades de cada cabina de ascensor, así como a las de sus pasajeros.

Y es que, estamos seguros de que nadie menosprecia la importancia de tener buena iluminación durante los trayectos en ascensor, ¡aunque solo sea para hacerse un selfi frente al espejo!

Sensores de movimiento

Y si aún queremos ir más lejos en lo que a practicidad y ahorro se refiere, hay algo más que podemos hacer.

Instalando sensores de movimiento en la cabina podremos optimizar y sacar el máximo partido a las luces LED.

A pesar del despilfarro que ello implica, todavía se fabrican infinidad de ascensores en los que la luz de la cabina, además de ser incandescente y poco sostenible, está permanentemente encendida, incluso durante aquellos periodos de inactividad en los que nadie los está utilizando. Por eso, los sensores de movimiento son el complemento perfecto para este tipo de iluminación, ya que estas bombillas toleran mucho mejor ser encendidas y apagadas constantemente.

De esta forma, estaremos contribuyendo por partida doble a una utilización más responsable de nuestros recursos energéticos, porque las luces serán de bajo consumo y, además, solo estarán encendidas cuando sea verdaderamente necesario.

Por último, y como siempre es útil apoyarse en hechos, es bueno saber que la instalación de estos sensores nos ayudará a reducir el consumo de electricidad de nuestro ascensor en un porcentaje de hasta el 50%.

 

Comprobamos entonces que con estas soluciones es muy sencillo reducir los costes económicos derivados del consumo eléctrico de los ascensores. Pero el mayor beneficiario de este gesto responsable será el medioambiente.

Te invitamos a leer nuestra entrada sobre modernización de edificios e instalación de ascensores aquí. Y si tienes cualquier duda o quieres ampliar información, recuerda que puedes ponerte en contacto con nosotros en cualquier momento.

La bajada drástica de las temperaturas anuncia el comienzo de la temporada invernal y con ella, hacemos acopio de todo tipo de prendas y accesorios de abrigo para combatir el frío, dentro fuera y de casa.

Hay algo que está muy claro: nada ni nadie permanece ajeno al medio ni a las condiciones meteorológicas, ni siquiera las máquinas. Por este motivo, tu ascensor, al igual que tú, podría llegar a resentirse durante el invierno.

A continuación te damos toda la información y recomendaciones necesarias para mantener a punto tu ascensor durante la estación más fría del año. ¡Sigue leyendo!

Los ascensores también necesitan protegerse del frío

Hay pocas herramientas a las que demos un uso tan cotidiano y prácticamente ininterrumpido como al ascensor. Esta es la razón por la que son sometidos a revisiones periódicas y exhaustivos controles de calidad. Y sin embargo, es altamente recomendable que realicemos evaluaciones adicionales durante aquellos momentos del año (como los meses de invierno) en que alcanzamos temperaturas extremas y sufrimos los fenómenos atmosféricos más adversos. Porque no solo importa los grados que marca el termómetro; las tormentas de lluvia o nieve, los apagones y las interrupciones en el suministro de electricidad también pueden interferir en el correcto funcionamiento de estos aparatos.

¿Qué partes del ascensor son las más vulnerables?

Con frecuencia, los elementos del ascensor que más se ven afectados son las piezas que necesitan estar lubricadas, como es el caso de las cerraduras, las levas retráctiles, las poleas de desvío, los sistemas de freno o la central hidráulica en los ascensores hidráulicos. La explicación es que con el frío, la grasa o aceite que proporciona a estas piezas la lubricación necesaria tiende a compactarse. Esto se traduce en un menor deslizamiento y en una mayor fricción entre los componentes, lo que a menudo provoca ruidos y molestos traqueteos durante el viaje.

El confort de los pasajeros es importante, por supuesto, pero llegados a este punto, asegurar un correcto engrasado de las piezas se vuelve prioritario para prevenir el desgaste prematuro de las mismas y las consecuentes averías.

El frío también repercute en los sistemas de frenado de los ascensores. Al igual que ocurre con el motor o las pastillas de los coches, los mecanismos de freno de un ascensor pueden congelarse, ocasionando problemas de desnivel entre la cabina y las plantas.

De menor importancia, pero no por ello han de pasarse por alto, son las incidencias relacionadas con la luz de emergencia y con el servicio técnico dentro de la cabina. El frío podría provocar fallos en el funcionamiento de las baterías de las cuales se nutren estos sistemas e incluso reducir notablemente la vida útil de las mismas. Este problema, sin embargo, puede solventarse reemplazando las baterías agotadas por unas nuevas.

¿Qué podemos hacer para prevenir?

Como adelantábamos, además de realizar las revisiones ya programadas por norma del fabricante, será muy práctico hacer controles preventivos antes de la llegada del invierno.

La aplicación de resistencias de caldeo en la sala de máquinas contribuirá al mantenimiento de una temperatura adecuada.

Por otro lado, una lubricación extra de las cerraduras y de las rozaderas, entre otras piezas, nos ayudará a prevenir los bloqueos y atascos durante el trayecto. En este sentido, resultan especialmente útiles los engrasadores automáticos, que pueden instalarse en el chasis del ascensor y que se encargan de proporcionar una lubricación constante a la maquinaria.

Así que, del mismo modo en que nosotros tomamos precauciones y nos resguardamos del frío para prevenir enfermedades, los ascensores también necesitan atención y cuidados añadidos para continuar ofreciéndonos el mejor servicio, ya sea bajo las gélidas temperaturas invernales o con las calurosas tan propias de la época estival.

Si necesitas que te ampliemos información o quieres aclarar cualquier duda relacionada con el mantenimiento de tu ascensor durante el invierno, contáctanos, ¡nos encantará ayudarte!

¿Alguna vez has temido caer al vacío dentro de un ascensor? Despreocúpate, no va a pasar. Los ascensores vienen equipados con mecanismos y medidas de seguridad suficientes para evitar que se desplomen bruscamente ante cualquier avería o exceso de carga. Dicho esto, sí que es importante tener en cuenta y respetar en la medida de lo posible las recomendaciones de peso y número máximo de ocupantes en cada viaje. Atento, te contamos más:

 

Líderes en seguridad a bordo

Aunque lo hayas oído sobre los aviones, lo cierto es que son los ascensores los que se llevan el premio al medio de transporte más seguro del mundo. Y no es de extrañar, porque son muy pocos los accidentes que se reportan si se tiene en cuenta la cantidad de personas que los utilizan todos los días alrededor del mundo. Sin ir más lejos, 12 millones de ascensores pueden llegar a transportar hasta 1.000 millones de personas solo en un día laborable. Es más, aunque no lo creas, hay más probabilidades de sufrir un percance utilizando una escalera mecánica, que subiendo a un ascensor.

Panel ascensor

El peso máximo está por algo

Pero no nos confiemos, existen dos razones especialmente importantes por las que deberíamos obedecer la señalización de carga y pasajeros colocada dentro de todas las cabinas de ascensor.

Por un lado, hacerlo supondría pensar en nuestra propia seguridad y en la de las personas que viajan con nosotros. Por otro, no hacerlo podría comprometer el correcto funcionamiento y la vida útil del ascensor y de todos sus componentes.

Así que, como el supuesto de una caída libre ya lo hemos descartado, y para eso siempre podemos ir a un parque de atracciones, hablemos de lo que sí podría ocurrir si hiciéramos que el ascensor sobrepasara su carga máxima permitida.

  • Un ascensor sobrecargado podría bloquearse y no iniciar el viaje. Esto es porque algunos modelos están diseñados para interrumpir su actividad cuando detectan que la carga es superior a la que por defecto pueden transportar. Cuando esta se ha reducido, el ascensor reanuda sus funciones con normalidad.
  • En otras ocasiones, los usuarios podrían notar interrupciones leves o movimientos y sonidos extraños durante el transcurso del viaje. Pero que no cunda el pánico, no es un poltergeist, sino la maquinaria del aparato encargándose de decirnos que está haciendo un sobresfuerzo (la expresión «forzar la máquina» nunca tuvo tanto sentido).
  • Aunque a corto plazo pareciera que no existen mayores inconvenientes para nosotros, al sobrecargar un ascensor con regularidad podríamos estar provocando que las piezas y sus materiales se desgastaran con mayor rapidez, exponiéndole a sufrir averías con más facilidad. Lo que, a fin de cuentas, sí que terminaría afectándonos a nosotros, porque deberemos hacer un mantenimiento mucho más periódico, con los respectivos costes económicos que ello conlleva.
  • Un ascensor averiado o al que hay que hacerle un chequeo cada dos por tres solo implica una cosa: no poder utilizarlo siempre que lo necesitemos.
  • Y lo que es peor, ¿quién quiere montarse en un ascensor abarrotado? Porque aunque ya no estemos en situación de emergencia sanitaria, que se respete la distancia interpersonal y nuestro espacio vital es algo que todos agradeceremos enormemente.

Queda claro entonces que no hace falta convertirse en un experto sobre ascensores para saber utilizarlos correctamente y que un mal uso prolongado en el tiempo puede acarrear inconvenientes y gastos adicionales de mantenimiento, que fácilmente podríamos evitar con un poco de sentido común y responsabilidad.

¿Quieres saber más sobre las inspecciones periódicas en los ascensores? ¡Échale un vistazo a esta entrada de nuestro blog sobre seguridad y mantenimiento!

 

Los ascensores son elementos fundamentales en un edificio porque mejoran la movilidad de los vecinos del inmueble y la accesibilidad de personas mayores y con discapacidad. Además, como ya hemos comentado anteriormente en el blog, revalorizan económicamente un inmueble.

Por eso, es muy importante en los edificios que no están dotados de ascensor, su instalación. En Inapelsa ascensores disponemos de una amplia oferta de elevadores.

Nosotros diseñamos y fabricamos ascensores que se adapten a las necesidades de los vecinos de cada inmueble. Nuestra amplia experiencia en el sector nos avala: hemos realizado miles de proyectos y nos ocupamos de toda la gestión.

 

Qué ofrece Inapelsa

La instalación de un ascensor en una vivienda supone una revalorización y un aumento en la posibilidad de venta de la misma, además de una mayor comodidad y calidad de vida para los vecinos. En Inapelsa te proporcionamos:

  • Un servicio integral: nos encargamos tanto del proyecto, como de las licencias necesarias para llevarlo a cabo, además de las obras auxiliares, y la fabricación e instalación del elevador. Asimismo, gestionamos las subvenciones que la comunidad podría adquirir para realizar la instalación del elevador.
  • Fabricación a medida: nuestro departamento de ingeniería diseñará la solución que mejor se adapte a las necesidades de los clientes y a cada instalación concreta.
  • Diseño: Sabemos que una parte fundamental es la elección del diseño que tendrá el ascensor, por eso los vecinos podrán elegir entre una amplia gama de productos y acabados, fabricación 100% made in Spain.
  • Coberturas: el seguro de responsabilidad civil asciende a 3.000.000 euros.
  • Plazos: son los más rápidos del sector, una vez tengamos en orden todos los permisos de obra.

¿Quieres instalar un ascensor en tu edificio? ¡Consúltanos! Estamos encantados de poder ayudarte.

Y si necesitas ampliar información sobre el proceso de instalación de un ascensor paso a paso en una comunidad de vecinos, lee nuestro blog.

Los ascensores, como venimos diciendo en el blog, son un medio de transporte seguro. Por ello, en caso de quedarnos encerrados en el interior de un elevador no tenemos que ponernos nerviosos.

Pasos a seguir si te quedas atrapado en un ascensor

  • En primer lugar, mantén la calma. El ascensor no va a caer y no vas a tener que sufrir por la falta de aire, puesto que los elevadores cuentan con sistemas de aireación.
  • En segundo lugar, avisa al servicio de emergencia de que te has quedado encerrado para que puedan asistirte. Para ello, aprieta el botón de emergencia en el panel y espera a que te contesten. En el caso de que el ascensor no cuente con un botón específico, prueba a comunicarte a través de tu teléfono móvil, bien con el servicio de emergencias de tu ciudad, o con la empresa de mantenimiento (su contacto aparece en un adhesivo colocado en el interior de la cabina).
  • Mientras un profesional acude a la llamada, estate tranquilo. No intentes forzar las puertas del ascensor ni salir de la cabina, podría causarte serios daños. Actuar de una manera relajada es la mejor opción.
  • Cuando acudan los profesionales a realizar el rescate coopera y sigue las instrucciones que te proporcionen: recuerda que ellos están acostumbrados a lidiar con este tipo de situaciones a diario.

Si necesitas información para instalar un ascensor en tu inmueble pregúntanos. También realizamos revisiones para asegurar el buen mantenimiento de los elevadores.

En Inapelsa tenemos tres tipos de contrato de mantenimiento: Complet, Premium y Excellent Plus. Los tres incluyen servicio de rescate 24h, revisiones periódicas de mantenimiento preventivo, atención personalizada de llamadas por averías las 24 horas, 7 días a la semana y los 365 días del año, y seguro de responsabilidad civil incluido con cobertura de 3.000.000.

¿Has leído nuestro blog sobre ascensores en los edificios más altos del mundo? ¡Sin duda no aptos para personas que sufren de claustrofobia!