El peso máximo permitido en un ascensor no debería tomarse a la ligera

Ascensor panóramica

¿Alguna vez has temido caer al vacío dentro de un ascensor? Despreocúpate, no va a pasar. Los ascensores vienen equipados con mecanismos y medidas de seguridad suficientes para evitar que se desplomen bruscamente ante cualquier avería o exceso de carga. Dicho esto, sí que es importante tener en cuenta y respetar en la medida de lo posible las recomendaciones de peso y número máximo de ocupantes en cada viaje. Atento, te contamos más:

 

Líderes en seguridad a bordo

Aunque lo hayas oído sobre los aviones, lo cierto es que son los ascensores los que se llevan el premio al medio de transporte más seguro del mundo. Y no es de extrañar, porque son muy pocos los accidentes que se reportan si se tiene en cuenta la cantidad de personas que los utilizan todos los días alrededor del mundo. Sin ir más lejos, 12 millones de ascensores pueden llegar a transportar hasta 1.000 millones de personas solo en un día laborable. Es más, aunque no lo creas, hay más probabilidades de sufrir un percance utilizando una escalera mecánica, que subiendo a un ascensor.

Panel ascensor

El peso máximo está por algo

Pero no nos confiemos, existen dos razones especialmente importantes por las que deberíamos obedecer la señalización de carga y pasajeros colocada dentro de todas las cabinas de ascensor.

Por un lado, hacerlo supondría pensar en nuestra propia seguridad y en la de las personas que viajan con nosotros. Por otro, no hacerlo podría comprometer el correcto funcionamiento y la vida útil del ascensor y de todos sus componentes.

Así que, como el supuesto de una caída libre ya lo hemos descartado, y para eso siempre podemos ir a un parque de atracciones, hablemos de lo que sí podría ocurrir si hiciéramos que el ascensor sobrepasara su carga máxima permitida.

  • Un ascensor sobrecargado podría bloquearse y no iniciar el viaje. Esto es porque algunos modelos están diseñados para interrumpir su actividad cuando detectan que la carga es superior a la que por defecto pueden transportar. Cuando esta se ha reducido, el ascensor reanuda sus funciones con normalidad.
  • En otras ocasiones, los usuarios podrían notar interrupciones leves o movimientos y sonidos extraños durante el transcurso del viaje. Pero que no cunda el pánico, no es un poltergeist, sino la maquinaria del aparato encargándose de decirnos que está haciendo un sobresfuerzo (la expresión «forzar la máquina» nunca tuvo tanto sentido).
  • Aunque a corto plazo pareciera que no existen mayores inconvenientes para nosotros, al sobrecargar un ascensor con regularidad podríamos estar provocando que las piezas y sus materiales se desgastaran con mayor rapidez, exponiéndole a sufrir averías con más facilidad. Lo que, a fin de cuentas, sí que terminaría afectándonos a nosotros, porque deberemos hacer un mantenimiento mucho más periódico, con los respectivos costes económicos que ello conlleva.
  • Un ascensor averiado o al que hay que hacerle un chequeo cada dos por tres solo implica una cosa: no poder utilizarlo siempre que lo necesitemos.
  • Y lo que es peor, ¿quién quiere montarse en un ascensor abarrotado? Porque aunque ya no estemos en situación de emergencia sanitaria, que se respete la distancia interpersonal y nuestro espacio vital es algo que todos agradeceremos enormemente.

Queda claro entonces que no hace falta convertirse en un experto sobre ascensores para saber utilizarlos correctamente y que un mal uso prolongado en el tiempo puede acarrear inconvenientes y gastos adicionales de mantenimiento, que fácilmente podríamos evitar con un poco de sentido común y responsabilidad.

¿Quieres saber más sobre las inspecciones periódicas en los ascensores? ¡Échale un vistazo a esta entrada de nuestro blog sobre seguridad y mantenimiento!

 

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