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Desgraciadamente, los inmuebles en España no se construyen teniendo presentes los requisitos de accesibilidad. Menos del 5% de los edificios son accesibles y las calles tampoco se libran de tener que seguir mejorando en este sentido, eliminando barreras arquitectónicas y favorececiendo los desplazamientos sin limitaciones. Pero… ¿qué entendemos por vivienda accesible?

Podríamos definirlo como una casa adaptada a diferentes capacidades y en la que se busca que cualquier persona pueda ser autónomo: mayores, usuarios de sillas de ruedas, personas con movilidad reducida. Esto es esencial, porque el hecho de no depender de nadie hace que mejoren su calidad de vida y que incluso puedan vivir solos y sentirse más realizados. 

Para ello, lo principal es suprimir barreras y potenciar la seguridad en todas las estancias y espacios. Así, no solo ellos estarán más cómodos y tranquilos, sino también las personas que se preocupan o cuidan de ellos.

¿Qué necesito tener en cuenta en una reforma para una vivienda accesible?

Lo primero, el grado de dependencia del usuario y el tipo de discapacidad: si es motora, auditiva, visual… Así, sabremos qué es lo que debemos adaptar y podremos valorar las mejores opciones. Una vez conozcamos esto, deberemos poner el foco en los siguientes puntos:

Accesos

  • Suprimir desniveles mediante elevadores verticales o sillas salva escaleras. En caso de que las escaleras puedan subirse, colocar barandillas para apoyar al usuario y potenciar la seguridad.
  • Si hay varios pisos, priorizar la planta baja para que le sea más fácil acceder.
  • Puertas automáticas y con una anchura mínima de 80 centímetros.
  • Eliminar cualquier obstáculo y mueble innecesario para ir de una habitación a otra.
  • No colocar alfombras que puedan hacer que tropiece en los pasillos.

Muebles y suelo

  • Optar por un mobiliario con cantos redondeados que pueda ocasionar el menor daño posible en caso de tropiezo.
  • Asientos con reposabrazos y respaldos altos para que levantarse sea más sencillo. Los sillones suelen ser mejores que los sofás.
  • Elevador y/o montacargas si hay varias plantas.
  • Estanterías y cuadros fijos en la pared para evitar que caigan. 
  • Suelo firme, liso y antideslizante.

Cuarto de baño

  • Elegir ducha en lugar de bañera si es posible, a ras de suelo, con alfombrilla antideslizante, barras para agarrarse y grifería termostática que regule la temperatura fácilmente.
  • Evitar pestillo en la puerta para que no esté cerrada en caso de accidente en el que necesiten que personal entre.
  • Puerta que abra hacia fuera.

Dormitorio para un hogar accesible

  • Interruptor de luz al lado de la cama para que pueda encender y apagar sin levantarse.
  • Teléfono en la mesilla, para tenerlo accesible en caso de urgencia.
  • Estantes y armarios bajos. Si la persona va en silla de ruedas, será necesario valorar la altura todavía más.
  • Camas de altura media que no estén pegadas a la pared. Si la dependencia es elevada, una cama articulada y colchón de aire será muy útil para facilitar el movimiento y evitar dolores y úlceras.

Cocina

  • Priorizar vitrocerámica para evitar quemaduras.
  • Organizar el menaje de mayor a menor uso, para que pueda encontrarlo con facilidad.

Instalación eléctrica

  • Enchufes asegurados y con una distancia mínima de 40 cm del suelo.
  • Evitar los alargadores y cables de electrodomésticos en zonas de paso.
  • Numerosos interruptores, con señal luminosa para encontrarlos en la oscuridad. Recomendamos colocarlos a un metro del suelo, al principio y final de los pasillos, escaleras y al lado de la cama para acceder sin levantarse.
  • Iluminación adecuada, colocando las zonas de estar y trabajo donde haya más luz.
  • Teléfonos inalámbricos.

Como ves, son solo unas pequeñas directrices que deberemos tener en cuenta para una vivienda accesible, pero merece la pena para que la persona se sienta capaz y autónoma. Dependiendo del tipo de discapacidad, edad y personas que vayan a estar en su cuidado, serán necesarias unas medidas u otras, por lo que primero recuerda evaluar sus necesidades.

Si has pensado en abrir oficinas para tu empresa, seguramente has pensado en que los despachos sean amplios, luminosos, que haya buena conexión a internet, que sea una zona donde haya aparcamiento… Pero, ¿has pensado en que sea una oficina accesible para algún empleado que pueda tener que entrar en silla de ruedas? Si la respuesta es que no, tranquilo, es algo que todavía seguimos sin tener en cuenta desde el primer momento y por eso queremos destacar la importancia de hacerlo.

Si tu caso es el contrario, que necesitarías acudir a trabajar a una oficina accesible pero en tu empresa no han tenido esto en cuenta, sigue leyendo este post y contacta con nosotros para que podamos facilitar a tu compañía toda la información para instalar salvaescaleras, ascensores, etc.

¿Qué es una oficina accesible?

Cuando hablamos de accesibilidad en espacios públicos, edificios, oficinas, y servicios nos referimos a que cualquier persona pueda recorrer sus pasillos de forma autónoma y segura independientemente de su capacidad física.

Las oficinas no solo son centros de trabajo, sino que además muchas de ellas prestan servicios de atención al público: Hacienda, Correos, entidades bancarias, inmobiliarias… Por ello, es fundamental que estén adaptadas para que tanto trabajadores como usuarios puedan hacer uso con total libertad y comodidad. 

A la hora de diseñar unas oficinas, se debe pensar en que todos los servicios estén a la altura de todo el mundo, sin escalones excesivos, con rampas, facilitando la subida de escaleras con salvaescaleras, ascensores si cuentan con varias plantas, etcétera. En definitiva, se debe realizar un proyecto de arquitectura pensando en todos los casos particulares para que cualquier persona, sin importar sus condiciones personales, pueda acceder y disfrutar de los servicios ofrecidos en igualdad de condiciones.

 

¿Cómo construir oficinas accesibles?

Para que estos espacios sean accesibles para personas que necesitan desplazarse en silla de ruedas o con movilidad reducida, no solo debemos centrarnos en la entrada. A menudo nos quedamos con que haya una rampa que ayude a atravesar la puerta principal, pero garantizar esto va mucho más allá. También se debe pensar en que cuenten con:

  • Itinerarios accesibles. Es decir, pasillos que no sean difíciles de recorrer. Las oficinas-laberinto no son aptas para personas que necesiten apoyo  para caminar, ya que les requerirá muchísimo esfuerzo e incluso puede que una silla de ruedas no quepa por según qué recovecos.
  • Comunicaciones con espacios exteriores comunes. A veces la puerta principal es accesible pero las puertas a las terrazas, zonas para fumar, etc quedan olvidadas y tienen escalones o puertas que no son accesibles.
  • Dimensiones de las puertas amplias. Deben permitir el paso de sillas de ruedas con facilidad (0,90 m de ancho por 2,10 m de alto en la puerta principal de entrada al edificio)
  • Peso ligero de las puertas. ¡Esto también es muy importante! Además de ser amplias deben pesar poco, para que todo el mundo pueda abrirlas sin esfuerzo. Si se pueden instalar puertas automáticas, ¡mejor que mejor!
  • Ascensor sí o sí. En el caso de que no sea posible, elevadores o salvaescaleras. En el ascensor debe caber una persona en silla de ruedas y su acompañante. Además, es necesario espacio extra para poder realizar las maniobras de giro con la silla.

En caso de que el edificio de oficinas no tenga ascensor, se deberá planificar su instalación a la mayor brevedad posible. 

  • Despachos cómodos, flexibles y funcionales. Todo el mobiliario y equipamiento debe poder adaptarse a las necesidades de cada usuario. según las necesidades, dejando espacio suficiente entre cada uno de los elementos.
  • Como hemos mencionado, no se debe olvidar la accesibilidad en los espacios comunes: comedor, sala de eventos… Han de ser espacios amplios, que cuenten con puertas y pasos de un mínimo de 80 y 1,05 cm, respectivamente.
  • Fundamental: los aseos. Con inodoro adaptado para movilidad reducida, jabón y lavamanos a pequeña altura para personas en silla de ruedas… Todo al alcance con mayor facilidad posible. Si son dispensadores automáticos, ¡mejor que mejor!
  • No olvidemos las salidas de emergencia: que cumplan con las dimensiones para que cualquier persona pueda hacer uso de ellas en caso de altercado.

Las oficinas accesibles son cada vez más necesarias porque día a día avanzamos en la incorporación de personas con discapacidad al mundo laboral. En Inapelsa colaboramos en esto garantizando la accesibilidad en edificios antiguos que no cuentan con ascensor, instalando ascensores nuevos en oficinas, salvaescaleras en aquellas con varios pisos… Todo lo necesario para que la persona pueda desplazarse por su oficina sintiéndose capaz e igual que sus compañeros.