El dicho aconseja “si no está roto, no lo arregles”, pero nosotros discrepamos. Te explicamos por qué:

Como ya hemos analizado en algún que otro artículo de nuestro blog, la vida útil de un ascensor bien tratado y conservado puede llegar a alcanzar los 20 años, e incluso sobrepasarlos.

Pero el tiempo no transcurre en vano, ni para nosotros ni para las máquinas. Por eso, la modernización es una solución de lo más rentable y práctica para aquellos ascensores antiguos que, pese a encontrarse en buen estado, comienzan a experimentar anomalías o pequeños fallos de rendimiento con mayor frecuencia de la habitual.

La modernización se diferencia de los controles rutinarios de mantenimiento principalmente en que en esta se llevan a cabo reparaciones y sustituciones de piezas, materiales y componentes, de forma más concienzuda y exhaustiva. Podríamos entenderla como una restauración a gran escala de nuestro ascensor, con su correspondiente lavado de cara para actualizarlo también a nivel estético.

Es importante tener presente que la modernización de nuestro ascensor tendrá una envergadura u otra en función de las características del propio equipo y del edificio en el que este se encuentre. El coste de la reforma y el tiempo que el aparato pueda estar fuera de servicio dependerá en buen grado de estas cuestiones.

 

¿Cuáles son las ventajas de una modernización?

Son muchas las ventajas de las que podemos beneficiarnos con la modernización de nuestro ascensor: económicas, energéticas, de accesibilidad… Las valoramos a continuación:

Por lo general, y como es lógico, hay muchos ascensores antiguos que aún no garantizan plena accesibilidad a sus usuarios (pasamanos o botoneras a una altura inadecuada, ausencia de señalización visual o sonora, etc.). La modernización es una buena oportunidad para adaptar aquellas características del equipo que podrían estar dificultando el día a día de los usuarios con algún tipo de limitación (física, sensorial o cognitiva).

La reforma nos garantiza además un funcionamiento óptimo y eficaz del aparato durante muchos años más, contribuyendo a la seguridad de todos los pasajeros y reduciendo notablemente las probabilidades de que se produzca algún percance.

Asimismo, la modernización va acompañada de una mejora en el rendimiento y el consumo eléctrico del equipo. Disponer de un ascensor energéticamente eficiente en nuestro edificio nos permitirá ahorrar en facturas de electricidad y al mismo tiempo nos ayudará a reducir el impacto de nuestra huella de carbono en el planeta.

 

Inapelsa en acción

Como cada caso es único y tiene necesidades particulares, desde Inapelsa recomendamos contar con el asesoramiento de una compañía mantenedora (¡la nuestra!), que se encargue de estudiar el proyecto y de aconsejar a los usuarios sobre cuál es la mejor solución para su edificio y para el aparato en cuestión.

En eso somos expertos, y podemos atenderte para que nos cuentes lo que necesitas a través de nuestros diferentes canales de contacto.

Visítanos, llámanos o escríbenos, estamos aquí para mejorar tu calidad de vida.

¿Sabes ya todo lo que incluyen nuestros contratos de mantenimiento? En este artículo de nuestro blog te lo contamos.

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