Un ascensor para llegar al espacio

Si algo caracteriza especialmente al ser humano es su naturaleza inquisitiva y su capacidad para crear y desarrollar nuevas tecnologías.

Y no conforme con haber conseguido que el hombre ponga los pies en la Luna y explore otros planetas, la ciencia espacial se propone ahora idear la manera de conectar la Tierra y el espacio de una forma más práctica, más económica y menos contaminante.

Nos referimos, efectivamente, a los denominados ascensores espaciales, que podrían llegar a ser una realidad en un futuro aún por determinar.

Dicho esto, puede que ahora estés visualizando en tu mente la imagen de una torre kilométrica, por la que una cabina de ascensor (que casualmente se parece a la de tu comunidad), partiera desde la corteza terrestre hasta el espacio sideral. No te culpamos, pero no, no sería tan sencillo.

Una estructura de semejantes dimensiones tendría un peso inconmensurable, lo que haría imposible que se mantuviera erguida. De hecho, esta idea ya la tuvo el físico ruso Konstantín Tsiolkovsky en 1895, quien pronto entendió que no era factible por las razones que ya hemos expuesto.

En 1959, su compatriota Yuri N. Artsulanov quiso darle un giro al concepto: empezó a contemplar la posibilidad de colocar un satélite que se mantuviera en una órbita fija y que estuviera conectado con la superficie de la Tierra. ¿Cómo?, mediante un cable tensado a través de un mecanismo de contrapeso, que permitiría que el satélite permaneciera inmóvil a esa altura, pero desplazándose en paralelo con nuestro planeta.

El cable sería entonces una vía o raíl por el que circularían cápsulas o vehículos de transporte. En otras palabras, el cable y la cápsula serían al ascensor espacial lo que el foso y la cabina a un ascensor convencional.

Obstáculos en la expedición

Pese a que esta propuesta sí podría llevarse a la práctica, a día de hoy no existe un material apropiado con el que construir un cable lo suficientemente fuerte y resistente.

Otro de los grandes retos es el de encontrar una fuente energética adecuada para alimentar la estructura y propulsar las cabinas.

Lo que se espera es poder reducir el enorme coste de combustible de las misiones espaciales, pero si por ejemplo se sustituyera el combustible por energía eléctrica, ¿cómo podríamos hacerla llegar a tantos kilómetros de altura?

Mientras los equipos de investigación implicados en este proyecto hacen frente a este mar de incógnitas, nosotros podemos ir trabajando al mismo tiempo en idear soluciones que mejoren la accesibilidad de nuestras ciudades, sitios públicos y viviendas.

Porque puede que el espacio nos quede un poco lejos, pero sí estamos cada vez más cerca de vivir en un entorno con las mismas facilidades para todos. ¡Haz una visita a esta entrada de nuestro blog sobre accesibilidad y ascensores!

Y no olvides que puedes contactarnos aquí para lo que necesites.

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