Aunque sean los ascensores los que nos mantienen ocupados la mayor parte del tiempo, en Inapelsa también somos expertos en el mantenimiento de otro de los grandes medios de transporte de la era moderna, tan popular y ampliamente extendido por el mundo como el propio ascensor. Por supuesto, nos referimos a las escaleras mecánicas.

Un poco de historia

El estadounidense Nathan Ames, quien en 1859 patentara la primera escalera mecánica del mundo (entonces conocida como «escalera giratoria»), es considerado el padre de este invento. Y, aunque tristemente falleció antes de poder ver materializada su idea, su compatriota Jesse W. Reno, inventor e ingeniero, tomó el relevo de tan prometedor proyecto e hizo de él una realidad en 1893, instalando una rampa mecánica de 13 metros de longitud y 6 metros de altura en la estación de Cortland Street de Nueva York.

En España pudimos ver la primera rampa mecánica en la Exposición Regional Valenciana de 1909.

Internacionalmente famosas

Hagamos un viaje virtual para analizar algunas de las escaleras mecánicas más espectaculares y útiles del mundo:

 

  • Escaleras de Mid-Levels en Hong Kong

Con 800 metros de longitud, esta escalera mecánica establece una vía de conexión rápida y cómoda entre dos de los principales distritos de Hong Kong: distrito Central, núcleo financiero y comercial de la ciudad, y distrito de Mid-Levels, un barrio residencial acomodado.

La finalidad con la que esta casi kilométrica escalera fue construida fue la de agilizar el tráfico y proporcionar a los habitantes una forma más eficiente de desplazarse de casa al trabajo o viceversa.

 

  • Escaleras de Toledo

Al tratarse de una ciudad con muchas y muy pronunciadas pendientes, Toledo construyó dos escaleras mecánicas que permiten acceder cómodamente al casco antiguo desde las barrios y zonas de la ciudad de más reciente creación. Desplazarse por la ciudad es ahora mucho más sencillo para sus ciudadanos y por supuesto para los miles de visitantes que cada año recibe esta histórica localidad. La primera fue inaugurada en junio del año 2000.

 

  • Escaleras del aeropuerto de Dubái

Hasta 169 escaleras mecánicas pueden contarse en el aeropuerto de Dubái, en los Emiratos Árabes. Y no es de extrañar, porque se trata ni más ni menos que de uno de los principales aeropuertos del continente asiático y, más concretamente, del Oriente Medio. En torno a unos 90 millones de pasajeros circulan por él cada año haciendo uso de sus escaleras.

 

  • Escaleras de Montjuïc

El parque de Montjuïc, en la cosmopolita ciudad de Barcelona, es hogar de todo tipo de conciertos y eventos culturales. Sus verdes y frondosos jardines pueden atravesarse mediante unas sofisticadas escaleras mecánicas al aire libre, un elemento que en la actualidad es ya inherente de este particular y turístico entorno de la capital catalana.

 

Damos por finalizado este homenaje a un invento que bien podría considerarse hermano de los ascensores, porque aunque no guarden gran parecido externo entre sí, es indudable que ambos nacieron de un mismo bienintencionado y firme propósito: mejorar la accesibilidad de las ciudades y, por consiguiente, hacer la vida más fácil a las personas de todo el mundo.

 

Si necesitas que nos encarguemos del mantenimiento de tus escaleras mecánicas, puedes contactar con nosotros en cualquier momento aquí.

¿Te gustaría subir a un ascensor panorámico con forma de esfera? En Galicia tienes la oportunidad de hacerlo. ¡Tienes todos los detalles en esta entrada de nuestro blog!

Si eres fiel seguidor de nuestro blog, a estas alturas habrá poco que aún no sepas sobre ascensores y todo lo que tiene que ver con ellos.

Mas nada de eso debería hacerte perder la curiosidad porque, como se suele decir, nunca nos iremos a la cama sin aprender algo nuevo. Y como el saber no ocupa lugar, atento, porque aun con tu vasto conocimiento, es probable que no sepas de qué hablamos si te decimos que existe un tipo de ascensor denominado ascensor de cremallera.

«¿Acaso sus puertas se cierran tirando de una cremallera?», te estarás preguntando. Nada de eso. Su nombre se lo debe al sistema piñón-cremallera que lo hace funcionar. Este sistema se compone de una rueda dentada, el piñón, que rota alrededor de su eje; y de una superficie lineal, también dentada, sobre la que se desplaza y engrana el piñón. Hablamos, en pocas palabras, de un ascensor que se desplaza mediante un mecanismo de engranaje.

Un balcón a la costa gallega

Monte San Pedro es un parque costero y el mejor mirador de toda A Coruña gracias, precisamente, a su ascensor panorámico de cremallera.

Lo que antaño fuera un punto defensivo durante los conflictos bélicos es ahora un paraje natural para el disfrute no solo de los coruñeses, también para el de numerosos turistas nacionales y extranjeros.

Inaugurado en 2007, el ascensor del Monte San Pedro establece una vía de comunicación directa entre el paseo marítimo de la ciudad y este parque costero. Tiene el aspecto de una enorme esfera de cristal, recorre una pendiente escarpada de 100 metros y alcanza unos 63 metros de alto. Es, además, el único mirador cubierto de España de 360º.

¿Cómo funciona?

Si admirar la inmensidad del océano subido a un ascensor de estas características no te parece suficiente entretenimiento, puedes añadir un extra de diversión a la experiencia accediendo a una serie de contenidos didácticos e interactivos sobre A Coruña, que encontrarás disponibles en las pantallas ubicadas dentro de la cabina.

El ascenso a la cima es posible gracias a un camino de rodadura fijado a la propia pared rocosa de la colina. Tanto la elevación como el descenso se realizan por tracción directa: cuatro ruedas dentadas son accionadas por motores hidráulicos, que engranan en dos cremalleras dispuestas por la pendiente de la montaña. El operador encargado de conducir el ascensor toma asiento junto a una consola de mando, dentro de la propia cabina.

Hasta 24 personas pueden disfrutar simultáneamente de unas vistas asombrosas al Atlántico a bordo de este ascensor, cuyas estaciones de acceso pueden localizarse a ambos extremos del recorrido.

¡Las mejores vistas panorámicas de Galicia te esperan en este ascensor esférico!

 

Inapelsa diseña, fabrica e instala ascensores panorámicos a medida. Cuéntanos lo que necesitas haciendo una visita a cualquiera de nuestras delegaciones o contactándonos por teléfono o correo electrónico. ¡Te atenderemos como tú te mereces!

 

En abril, aguas mil… ¡O eso dicen! ¿Qué tipo de relación mantienen los ascensores con la lluvia? En esta entrada de nuestro blog te lo desvelamos.

Existen situaciones en las que el uso del ascensor está totalmente desaconsejado.

Por ejemplo, subir a un ascensor en caso de incendio o durante el transcurso de una tormenta eléctrica o de un terremoto puede llegar a ser extremadamente peligroso, ya que correríamos el riesgo de quedar atrapados a causa de un corte de electricidad. La lluvia en cambio, salvo en ocasiones puntuales, no presenta una gran amenaza y es compatible con el funcionamiento de estas máquinas.

Aun así, sería ingenuo pretender que los ascensores fueran cien por cien inmunes al líquido elemento.

Mejor prevenir que curar

Aunque la lluvia no sea enemiga directa de los ascensores, será precavido por nuestra parte no subir a uno si está lloviendo de forma torrencial.

Es poco frecuente, pero durante un diluvio podría llegar a filtrarse y a acumularse agua en el foso del ascensor, y esto podría deteriorar sus componentes, producir oxidaciones e incluso provocar algún cortocircuito.

Si la tormenta viene además acompañada por fuertes rayos, bajo ninguna circunstancia deberíamos utilizar un ascensor porque, como en los supuestos de un incendio o terremoto, podría haber cortes en el suministro eléctrico del edificio.

 

Después de la tormenta

Pasado el temporal, podría ocurrir que el foso de nuestro ascensor estuviera inundado y que no lo supiéramos hasta que un técnico viniera a realizar una de sus revisiones. Por eso, una vez más, recordamos la importancia de asegurarnos de que los controles de mantenimiento de nuestros equipos se cumplen rigurosamente. Solo así podremos estar al corriente de cualquier anomalía y podremos actuar en consecuencia.

Una cosa debemos tener clara; y es que el foso de un ascensor debería estar siempre libre de agua por nuestra propia seguridad y por el buen funcionamiento del aparato. Si hemos tenido este problema, puede que la impermeabilización de nuestro foso no sea lo suficientemente eficaz. Lo más inteligente en estos casos será escuchar las recomendaciones de los técnicos que estén a cargo de nuestro equipo.

También será de mucha utilidad realizar, además de los controles reglamentarios, otros preventivos antes de que llegue la temporada de lluvias.

Por último, es conveniente tener en cuenta que no solo la lluvia y otros fenómenos meteorológicos pueden hacer que nuestro ascensor entre en contacto con el agua. Una red de tuberías defectuosa podría ocasionar filtraciones que también afectaran tarde o temprano a los componentes y mecanismos del propio ascensor.

 

Inapelsa pone a tu disposición un equipo de profesionales experto en reparación y mantenimiento de ascensores. Si tienes algún problema con el tuyo, no lo pienses dos veces, ponte en contacto con nosotros.

¿Tienes dudas sobre si ha llegado el momento de renovar tu ascensor? Esta entrada de nuestro blog te las va a despejar.

Un ascensor bien conservado y con sus controles de mantenimiento en regla puede acompañarnos durante 25 o 30 años. No obstante, en la vida útil de cada ascensor entran en juego una serie de condicionantes que harán que esta cifra oscile año arriba o año abajo.

En palabras del director general de la Federación Empresarial Española de Ascensores (FEEDA): “No existe un número de años determinado de la vida útil de un ascensor, pues depende de variables como las horas de funcionamiento o la calidad del mantenimiento que ha recibido”.

Nada dura para siempre, no hay dudas al respecto. Por eso el ascensor, como cualquier otra máquina que funcione diariamente, necesitará ser reemplazado tarde o temprano.

Pero no debemos precipitarnos, porque cambiar de ascensor no es una decisión que deba tomarse a la ligera. Por ejemplo, en el caso de una comunidad de vecinos, el cambio implica realizar una inversión económica importante y que una o varias partes del edificio estén en obras durante algunos días, amén de que haya consenso previo entre los propietarios para llevar a cabo el proyecto.

Cuando llegan los achaques…

Como comentábamos al principio, la vida media de un ascensor tiende a prolongarse unos 25 o 30 años. Pasado este tiempo, habrá que prestar atención a algunos detalles para valorar si la modernización o sustitución del aparato son recomendables.

Nuestro ascensor podría estar pidiéndonos la jubilación de alguna de las siguientes formas:

  • Se avería constantemente y requiere de un mantenimiento mucho más periódico
  • Sus piezas están desgastadas
  • Se para bruscamente y la cabina no queda bien nivelada con la planta
  • Traquetea y se desplaza con movimientos poco fluidos

¿Encuentras algunos de estos inconvenientes cuando utilizas tu ascensor? Entonces es muy probable que ya le haya llegado su hora.

De manera que, una vez tengamos claro que vamos a sustituirlo, el siguiente paso será evaluar las distintas necesidades de los vecinos de la comunidad.

Si en el edificio residen personas con algún tipo de discapacidad física o sensorial, será muy aconsejable que el próximo ascensor cuente con las funciones y características de accesibilidad pertinentes (pasamanos, botones a la altura correcta, puertas automáticas…).

En esta misma línea y, en función del número de inquilinos por vivienda, también puede resultar muy ventajoso instalar un nuevo ascensor que admita mayor número de pasajeros y mayor carga.

Por último, en el plano estético, el nuevo ascensor podría tener un diseño mucho más moderno y en sintonía con el resto del edificio.

 

Como siempre, desde Inapelsa aconsejamos encarecidamente a los usuarios que lleven al día los controles de mantenimiento de sus equipos y que escuchen las recomendaciones de los técnicos. Ellos mejor que nadie podrán determinar si un ascensor está listo para ser reemplazado.

¿Tienes dudas o necesitas realizar alguna consulta? Puedes ponerte en contacto con nosotros por teléfono o correo electrónico aquí.

Te damos mucha más información interesante sobre ascensores en otras entradas de nuestro blog. ¡Echa un vistazo a esta última sobre el faro de Moncloa y sus elevadores panorámicos!

Hay pocas experiencias tan espectaculares como contemplar una gran ciudad a vista de pájaro.

Para vivirla, puedes tirarte en paracaídas o montar en globo, por ejemplo, o también hacer algo mucho más sencillo y económico, como viajar en un ascensor panorámico.

Los ascensores panorámicos se distinguen de los convencionales principalmente por el diseño vanguardista de sus cabinas. Pueden ser rectangulares, con una o más paredes de cristal, o curvos y completamente acristalados, con formas similares a la de una cápsula.

Una de las grandes ventajas de utilizar cristal translúcido en su estructura es que durante el día no precisan de iluminación artificial, lo que hace que contribuyan al ahorro y a un consumo eléctrico más eficiente. Por otro lado, poder ver el exterior a través del cristal proporciona mayor sensación de amplitud dentro de la cabina.

Quizás no lo recuerdes, pero es posible que hayas visto ascensores panorámicos en el patio o vestíbulo de algún centro comercial, hotel o edificio de oficinas. Algunos, hasta forman parte de grandes atracciones turísticas, como en el caso de los ascensores panorámicos del faro de Moncloa, en Madrid.

Madrid y Guadarrama desde el cielo

El faro de Moncloa pretendía ser en sus orígenes una plataforma de iluminación y comunicaciones para el Ayuntamiento de Madrid, aunque también fue proyectada como una torre mirador de acceso público de 92 metros de altura (de los 110 metros que mide en total).

Fue inaugurada el 19 de febrero de 1992 y, con 30 años recién cumplidos, ha llegado a convertirse en un emblema arquitectónico de la capital española.

El acceso al mirador lo hacen posible dos ascensores exteriores, que en 50 segundos aproximadamente recorren el largo de la torre y deleitan a sus pasajeros con unas vistas extraordinarias del paisaje urbanístico de Madrid, así como de la hermosa cordillera de la Sierra de Guadarrama. Un viaje para abrir boca a los visitantes y adelantarles un poco de lo que podrán contemplar con más detenimiento una vez hayan aterrizado en el mirador.

El interior del mirador es una estancia diáfana y espaciosa en la que podremos encontrar un estand de información turística, aseos y máquinas expendedoras. La visita al faro dura alrededor de unos 30 minutos, que si invertimos correctamente, serán más que suficientes para divisar las zonas y edificios más importantes de la ciudad.

Y tú, ¿has subido a este u otros ascensores panorámicos?

En Inapelsa diseñamos, fabricamos e instalamos ascensores panorámicos personalizados, atendiendo a todas y cada una de las preferencias de nuestros clientes: desde la forma y el tamaño que quieren para la cabina hasta la decoración y la elección de materiales para la misma.

Recuerda que puedes ponerte en contacto con nosotros para realizar cualquier consulta sobre nuestros servicios aquí.

Si te apetece seguir ampliando tus conocimientos sobre el mundo del ascensor, te animamos a continuar navegando por nuestro blog. ¡Así fue como celebramos el Día Mundial del Ascensor en Inapelsa!

Hoy es 23 de marzo, una fecha que perfectamente podría pasar desapercibida en cualquier calendario, excepto en el tuyo. Porque si estás leyendo nuestro blog, te resultará curioso saber que hoy, precisamente hoy, es el Día Mundial del Ascensor.

El primer ascensor comercial destinado al transporte de personas comenzó a funcionar en unos grandes almacenes de Nueva York el 23 de marzo de 1857.

Elisha Otis, su creador, ya presentó este invento durante la Exposición Universal de 1853, pero no fue hasta la fecha en cuestión que el aparato se inauguró al público en los almacenes Haughwout and Company.

Desde el blog de Inapelsa, conmemoramos este día con 4 relatos cortos que celebran la invención de este utilísimo medio de transporte. Cada uno dedicado a un personaje y a una etapa de la vida diferentes.

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Infancia

Adriana tiene 11 años, es una alumna de sobresaliente y una joven promesa del fútbol femenino. Su pasión por el deporte y el ejercicio físico no conoce límites. Tanto es así, que cada día sube hasta su casa utilizando las escaleras para demostrarse a sí misma que es igual o más veloz que el mismísimo ascensor. ¡Y vive en un cuarto!

En mitad de uno de sus entrenamientos semanales en el polideportivo municipal, Adriana se torció el tobillo. Este infortunio le provocó una lesión por la que tuvo que dejar de jugar y empezar a usar muletas durante algunas semanas.

Resignada, la entusiasta futbolista aceptó que el ascensor era la única alternativa para llegar a casa y salvar los cuatro tramos de escalera que tan difícil y peligroso resultaba subir con muletas.

Durante los días que duró su recuperación, Adriana tuvo la oportunidad de reflexionar y de agradecer las ventajas de que el suyo fuera un edificio accesible, ahora no solo para sus vecinos más mayores, también para ella.

 

Juventud

Durante el curso de sus prácticas en una agencia de comunicación, Jaime demostró ser digno merecedor de un puesto como redactor dentro del departamento creativo. Y con su incorporación a la empresa, por fin encontró la ocasión perfecta para cambiar de piso.

Su nuevo destino era una vivienda exterior muy luminosa, en la tercera planta de un antiguo edificio del barrio madrileño de Malasaña.

El día de la mudanza, decenas de bolsas y cajas (muchísimas más de las que en un principio hubiera podido prever) aguardaban en el rellano de la que sería su nueva comunidad de vecinos. Pero Jaime respiró aliviado porque, aunque era consciente de que no todos los edificios en el centro de Madrid disponían de ascensor, el suyo había sido reformado y equipado con uno pocas semanas antes de su llegada. ¡Bendita suerte!

 

Adultez

A grito pelado y entre lágrimas de terror y arrepentimiento llamaba Carmen a su madre desde dentro de un ascensor en el centro comercial.

Antes de quedarse encerrada, y mientras esperaba a que su madre volviera del baño, había estado jugando con las puertas automáticas a entrar y salir de la cabina.

Aquel incidente pronto se convirtió en un trauma y en el origen de su rechazo a los ascensores durante buena parte de su vida.

Hoy, con 55 años, Carmen ha vuelto a subirse a un ascensor por primera vez desde entonces, al del bloque en el que vive con su familia. Pero no lo ha hecho por necesidad, su salud física todavía es excelente. Lo ha hecho para dominar su fobia y enterrar de una vez por todas ese recuerdo que tanto tormento le causó durante años, y porque al fin y al cabo sabe con seguridad que, algún día, cuando los años pesen, el ascensor le será de mucha utilidad.

 

Tercera edad

Toda su vida Tomasa fue una mujer inquieta y de fuerte carácter. En sus mejores años, se entregó con tesón al hogar y al cuidado de su familia, primero en su propia casa y después en la de su hija.

Sus últimos años los vivió rehusando quedarse inmóvil. Mientras tuvo voluntad, dos piernas y una muleta como punto de apoyo, ella siguió yendo desde su casa hasta la de su hija casi a diario, aventurándose a caminar por las calles de toscos adoquines y estrechas aceras del pueblo que la vio nacer. No existía en el mundo obstáculo ni peligro capaz de quebrantar su espíritu tenaz y luchador.

Cuando concluía su larga andadura, María, su hija, la esperaba a las puertas de su casa en un segundo piso. Siempre con el carro de la compra en la izquierda y la muleta en la derecha, Tomasa salía del ascensor preparada para darle un abrazo, con paso lento pero firme.

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En Inapelsa, concentramos todos nuestros esfuerzos en hacer más accesibles nuestras ciudades y en mejorar la calidad de vida de las personas, sin importar en qué etapa de la vida se encuentren. Puedes ponerte en contacto con nosotros para realizar cualquier consulta aquí.

¿Te apetece leer un rato más? ¡Échale un vistazo a esta entrada de nuestro blog sobre cómo nos comportamos al viajar en ascensor!

Nuestro comportamiento durante los viajes en ascensor es digno objeto de análisis de cualquier estudio antropológico. Es cierto, aunque pueda sonarte un poco cómico.

Para algunas personas, la fobia a los espacios reducidos y el reparo a subirse a este u otros medios de transporte son razones más que suficientes para sentirse incómodas durante el trayecto. Pero no es de fobias de lo que venimos a hablarte hoy.

De acuerdo con Lee Gray, investigador de la Universidad de Carolina del Norte, prácticamente todos reproducimos el mismo comportamiento cuando nos subimos a una cabina de ascensor. Esta manera de actuar es, en sus propias palabras, «el baile del ascensor».

¡A sus puestos!

Cuando tenemos la suerte de viajar solos, todo el espacio de la cabina es para nosotros, así que podemos colocarnos donde más nos apetezca en ese momento. El baile comienza cuando compartimos el ascensor con una o más personas que no conocemos.

  • Si somos dos, acostumbramos a tomar posiciones en las esquinas diagonales del cubículo.
  • Cuando hay un tercer pasajero nos colocamos formando un triángulo equilátero.
  • En el supuesto de que haya cuatro personas compartiendo la cabina, cada una se colocará en una esquina hasta que las cuatro estén ocupadas.
  • Si el total son cinco pasajeros, este último terminará colocándose en la posición más incómoda casi por obligación: el centro.
  • A partir del sexto ocupante, los pasajeros tendrán que ser ágiles para organizarse y distribuir el espacio de forma equitativa.


Analizando la psicología humana

Un trayecto en ascensor consume solo unos cuantos segundos de nuestro tiempo. Por otro lado, el ser humano es una especie social por naturaleza. Entonces, ¿por qué a veces nos resulta tan incómodo viajar en ascensor con otras personas?

La explicación es sencilla: porque no tenemos espacio suficiente. Por mucho que disfrutemos del contacto y la compañía de nuestros semejantes, también necesitamos espacio personal y oportunidades para estar solos de vez en cuando. ¿Acaso no nos sentimos un poco violentos cuando alguien que no conocemos se acerca demasiado a nosotros?

Aunque sea de manera inconsciente e instintiva, solemos adoptar estas posiciones para asegurarnos (dentro de las limitaciones de un ascensor) de que la distancia mínima interpersonal se está respetando.

Pero nuestros comportamientos sociales dentro del ascensor siguen siendo interesantes más allá del sitio que decidamos (o nos toque) ocupar dentro de la cabina.

Paz en el ascensor 

No hay ninguna norma que así nos lo imponga, pero una vez dentro de la cabina tendemos a quedarnos muy quietos, procurando no hacer ruido y observando un punto fijo para evitar todo contacto visual con cualquiera de nuestros acompañantes. ¿Identificado?

Que nos miren, aunque no sea directamente a los ojos, puede resultar incómodo y desencadenar alguna reacción agresiva en nosotros. Lo lógico es que no queramos tener conflictos en un espacio tan reducido, por eso a menudo nos entretenemos con el móvil o dirigimos la mirada al techo o al suelo.

Los estudios que se han llevado a cabo detectaron además un patrón imitativo en nuestra conducta. Por ejemplo, si todos los pasajeros están mirando hacia la puerta, es muy probable que la próxima persona que entre al ascensor también se coloque mirando a la misma dirección.

En conclusión, a raíz de este análisis comprobamos que es necesario cumplir con una serie de normas sociales básicas y que respetar el espacio individual es clave para una convivencia pacífica.

¿Reconoces en ti mismo alguno de estos comportamientos?, ¿recuerdas alguna experiencia incómoda compartiendo un ascensor? Anímate y cuéntanoslo en la sección de comentarios.

En Inapelsa nos dedicamos al diseño, fabricación, instalación y mantenimiento de ascensores y contamos con un equipo especializado que atenderá cualquier consulta que necesites hacernos. Ponte en contacto con nosotros aquí.

Y como sabemos que en algún momento has soñado con ascensores y te has preguntado qué pudo significar, te invitamos a que leas esta interesante entrada de nuestro blog.

Hoy y siempre el ser humano ha deseado conocer el significado de los sueños.

Los sueños son el reflejo de todas nuestras vivencias, preocupaciones, alegrías, deseos y estados de ánimo, por lo que bien podríamos considerarlos una ventana abierta a nuestro subconsciente.

Seguro que en infinidad de ocasiones has tenido sueños a los que les has encontrado una explicación o razón de ser solo recordando lo que viviste el día anterior, ¿verdad? A veces, el desencadenante puede ser sencillamente algo que hemos visto o algún tema sobre el que hemos hablado con otra persona.

Y tan cierto es eso, como que también existen sueños de los que nos despertamos desorientados y sin entender absolutamente nada de lo que ocurrió en ellos.

¿Has soñado que viajabas en un ascensor fuera de control?

Apostamos cualquier cosa a que responderías con un claro y rotundo «sí».

Los ascensores, en el mundo de los sueños, se prestan a ser interpretados de muchas y muy variadas formas. A menudo esas interpretaciones nos hablan sobre viajes interiores y retos personales, sobre el camino que estamos siguiendo en la vida o sobre el lugar al que nos gustaría dirigirnos. Matices como que el ascensor esté parado o en movimiento, ascienda o descienda, o incluso caiga al vacío, son los que nos ayudan a asignarles significados más concretos y precisos.

Soñar que vamos en un ascensor que de repente se descuelga y cae al vacío a toda velocidad podría venir a decirnos que no tenemos el control de lo que está ocurriendo en esta etapa de nuestra vida. Podría interpretarse como que hay en nosotros la urgente necesidad de recuperar las riendas, de poner en orden nuestros pensamientos, de llegar al lugar en el que queremos estar y, en definitiva, de conquistar por fin los objetivos que nos hemos marcado.

Dicho esto, es importante tener en cuenta que los significados de los sueños deben tomarse solo como lo que son: meras interpretaciones. Porque es cierto que pueden arrojar algo de luz sobre lo que nos está pasando y ayudarnos a entenderlo, pero pueden sernos de más utilidad aún cuando además se combinan con un profundo y consciente ejercicio de introspección y autoconocimiento.

Te sorprendería descubrir que es posible valerse de los sueños para identificar la raíz de algunos problemas personales y que incluso podríamos tomarlos como punto de partida para trabajar en nuestro bienestar emocional y psicológico.

Cuéntanos qué has soñado últimamente en la sección de comentarios, ¡nos encantará leerlo! Y recuerda que puedes ponerte en contacto con nosotros aquí por teléfono o correo electrónico en cualquier momento.

Te animamos a seguir navegando por nuestro blog para descubrir más información útil e interesante sobre el universo de los ascensores.

¿Sabes qué son las torres de ensayo? ¡Deja que te lo contemos!

Los ascensores, como cualquier otro medio diseñado para el transporte de personas, deben ser sometidos a una serie de rigurosos controles de calidad antes de comenzar a ofrecernos a los humanos años y años de fiel y diligente servicio. Y en este caso concretamente, los controles se llevan a cabo en lugares construidos expresamente para este fin. Sería algo así como una universidad o centro de evaluación para ascensores, con sus exámenes y sus correspondientes aprobados y suspensos. Hoy, sin más preámbulos, vamos a hablarte de las torres de ensayo.

¿Alguna vez te has preguntado cómo y dónde se pone a prueba el funcionamiento de un ascensor?

Qué son y para qué se construyen

Las torres de ensayo, también conocidas como laboratorios de transporte vertical, son enormes estructuras que tocan el cielo a las afueras de las grandes ciudades y que han sido levantadas para que en su interior se compruebe, mediante pruebas y ensayos, que los ascensores cumplen escrupulosamente con todo lo que de ellos se espera.

Alrededor del mundo existen unas 30 y la mayoría las encontramos en el continente asiático. Son construidas por las propias compañías de ascensores en áreas con poca población o en polígonos industriales.

La más alta pertenece a Hitachi, se encuentra en la ciudad de Guangzhou (China), tiene 273 metros de altura y se llama H1 Tower.

En Rottweil, Alemania, se alza otra de las principales torres de ensayo del mundo (TK Tower) y, aunque no destaca por estar en el top 3 de las torres más altas, sí lo hace por disponer de un mirador de acceso público, por su peculiar y atractiva arquitectura y por ser la elegida para realizar las pruebas de un novedoso ascensor sin cables.

En nuestro país contamos con la presencia de una torre de la compañía Schindler en la capital andaluza. Originalmente construida para la Exposición Universal del 92 en Sevilla, esta torre ahora también hace las veces de mirador con vistas panorámicas al río Guadalquivir y está equipada con ascensores que suben sus 65 metros y 18 pisos en poco más de 20 segundos.

Y no hace falta que nos alejemos demasiado de Sevilla para hablar de otra torre de ensayo española. La que empezara a construirse en el Campus de la Universidad de Extremadura en 2013 como parte de un proyecto que ha estado paralizado durante años, por fin se pondrá en marcha en 2022. Está en Badajoz, mide más de 40 metros, dispone de 13 plantas y de más de 1.000 metros cuadrados de terreno. En ella se podrán poner a prueba todo tipo de ascensores, ¡y hasta 8 de forma simultánea!

En estos exámenes para ascensores se evalúan, en un entorno controlado, los límites de estrés y fatiga de las cabinas, los de sus maquinarias de tracción, guías, sistemas de reducción de velocidad y paracaídas. Además, que sean torres altas no es casualidad, ya que se necesita de una altura mínima para realizar también diferentes pruebas de velocidad.

Si lo piensas, puede que mientras lees esta entrada tu próximo ascensor esté presentándose a un examen. Pero no nos cabe duda de que lo aprobará. ¡Y con nota!

Si quieres información sobre nuestros servicios, resolver alguna duda o solicitar asesoramiento, puedes ponerte en contacto con nosotros aquí en cualquier momento.

¿Si te dijésemos que hubo un ascensor que protagonizó uno de las escenas más asombrosas del cine de terror, sabrías de qué peli se trata? ¡Descúbrelo aquí!

Tan integrados están los ascensores en nuestras vidas y en la cultura contemporánea, que no solo han hecho apariciones estelares en todo tipo de largometrajes y series de televisión, también han llegado a protagonizar algunas de las escenas más memorables e impactantes de la historia del cine.

El séptimo arte levanta pasiones. No importa si no eres amante del género de terror, o si ni siquiera eres cinéfilo empedernido, es más que probable que hayas visto o, como mínimo, oído hablar de una película tan aclamada, que con solo leer redrum o resplandor ya sepas de cuál se trata.

El resplandor (The Shining, 1980), obra del cineasta estadounidense Stanley Kubrick, se ha ganado con creces un lugar entre los grandes títulos de culto del cine moderno, y está reconocida, a ojos de muchos, como una de las expresiones más artísticas y brillantes del cine de terror de las últimas décadas.

Pero vayamos a lo que más nos interesa, porque una de las escenas más terroríficas y recordadas de esta película tiene por eje central de la acción nada más y nada menos que un ascensor. Y no uno en el que viajan personas precisamente, sino litros y litros de sangre.

La secuencia en la que uno de los ascensores del hotel Overlook se abre lentamente y derrama una ingente cantidad de sangre que salpica paredes, inunda el suelo y hasta arrastra parte del mobiliario consiguió rodarse prácticamente a la primera. Algo que pasaría desapercibido si no fuera porque el rodaje de esta escena se estuvo preparando durante muchísimo tiempo.

El equipo experimentó durante varias semanas hasta llegar a obtener una sangre falsa de consistencia y color lo suficientemente parecidos a los de la sangre humana. Y es que, decir que no fue tarea fácil conseguir una tonalidad de rojo y un espesor apropiados es toda una subestimación.

No menos importancia tuvieron los aspectos técnicos a la hora de armar el set, porque si no se hubieran tomado las medidas pertinentes, la presión de tanto líquido acumulado dentro de una cabina de ascensor podría haber provocado una explosión.

Kubrick estaba tan nervioso y tenía tantas expectativas que, después de tanta preparación e histeria, no quiso estar presente el día del rodaje y confió plenamente en el trabajo de sus asistentes.

El ascensor estaba cargado, la sangre comenzaba a filtrarse y las cuatro cámaras que capturarían el momento a diferentes velocidades estaban ya preparadas. Conforme las puertas se abrieron, una ola furiosa de líquido rojo barrió sofás, sillones y mesas, e incluso salpicó la lente de las cámaras.

Nadie esperaba un resultado tan asombroso y efectivo: la ejecución y el rodaje de esta proeza fueron un éxito. Tanto es así, que esta escena se muestra en diferentes ocasiones a lo largo del film, y hasta fue utilizada, íntegramente, como tráiler para la película antes de su estreno.

Puede que nunca nos lo hayamos planteado, ¡pero hasta un ascensor puede ser un fantástico especialista de cine si nos lo proponemos!

¿Qué otras películas o series recuerdas en las que un ascensor tuviera un papel protagónico? ¡Déjanos un comentario!

¿Te apetece saltar del cine a los parques de atracciones? Dale una ojeada a esta entrada del blog sobre parques temáticos y ascensores de caída libre.

Y no olvides que puedes ponerte en contacto con nosotros aquí para solicitar información sobre nuestros servicios o resolver cualquier duda.